Inicio preguntándome a donde nos llevará el gobierno de López Obrador en caso de ser electo presidente de la república con los planteamientos que se nos ha empezado a develar. La primera aberración que se me muestra está yacente en el nombre de su mentada república amorosa y en su repentino Movimiento Renovador Nacional (Morena), ya desde ahí tengo un indicador que esto será lo mismo de lo mismo, pero renovado. No eligió un término como innovado, nuevo o alternativo para hacernos saber que sería diferente, cayó en la chusca versión de crear un movimiento de renovación.
La renovación genera cambios a corto plazo y está centrada en el proceso, el diccionario nos dice que: Renovación es el cambio o sustitución de una cosa por otra similar por haber quedado vieja, o por haber terminado su periodo de validez.
Por otro lado la innovación produce estos cambios a mediano plazo y esta focalizada en los resultados y no en el proceso, que es lo que todos queremos ver, resultados.
Sus primeras renovaciones son patéticas, tomar una decisión panfletaria, increíblemente irracional y por supuesto publicitaria para engatusar al público acostumbrado a la fama de las personalidades y no a sus capacidades, al decirnos que creará una Secretaría de Cultura(sic) a cargo de Elena Poniatowska.
Para empezar ni renovada es la decisión, sino rebuscada tratando de darnos atole con el dedo en nominar un rostro conocido pero sin capacidades administrativas, creativas, visionarias y culminando con ser una octogenaria.
Pero sobre todo, esta ha sido una nominación al más excelso estilo cuaternariopriista del dedazo, la pobre señora ha sido dedeada por el amoroso republicano y además de meterla en un grave problema, repite lo que Salinas de Gortari hizo al crear por decreto la dichosa Conaculta (7 de diciembre de 1988 el gobierno de la República Mexicana publicó un decreto en el Diario Oficial de la Federación en donde declaró la creación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Conaculta) y nominar en aquel entonces a Víctor Flores Olea como director por dedazo presidencial.
El amoroso tabasqueño ahora renovará eso, y creará una secretaria de cultura por decreto con una octogenaria nominada por dedazo al mando de controles ajenos a su bagaje, formación y experiencia, pero con mucha experiencia en los medios y la personajería social, cocktelera y televisiva.
De veras que este Movimiento Renovador Nacional es eso, un refrito de quién sabe qué.
Su nombre en sí es una alarma para cualquier ser pensante.
¿Renovador? - ¿Qué van a renovar? - ¿Lo mismo que teníamos?
El nombre es conservador, reaccionario y de inmutable estabilidad a la que están acostumbrados. Su nombre deja mucho que desear y pensar de ellos.
Innovación abierta y de gestión es lo que queremos. No queremos renovar lo que ya estaba y que ha sido un fracaso cultural nacional. Si necesitan ideas, ahí les va una - desaparezcan el sistema cultural paternalista dirigido y administrado por el estado. El estado no genera cultura, no sabe cómo hacerlo es incapaz de crear políticas culturales. El estado debe ser el facilitador y cumplir con su responsabilidad de garantizar lo que es nuestro derecho, el derecho a la cultura.
Existen miles de seres pensantes, con una cuantiosa experiencia cultural que sobrepasan las capacidades de la escritora de la tercera edad. Se necesitan ideas nuevas, perspectivas atrevidas y eso no lo podrá dar una mente brillante, pero alejada de la realidad de la contemporaneidad. Acabemos con los memes postrevolucionarios de la cultura, entremos a la cultura contemporánea.
No a la renovación - Si a la innovación abierta y de gestión.
Pero si la propuesta de Obrador es aberrante, Peña Nieto y Josefina Vázquez, ofrecen - si lo llegarán a hacer y si llegarán a mencionar a la Cultura en sus promociones presidencialistas, lo mismo de lo mismo, sin renovación. Un caldo salinistas inservible y provocador del estatismo* paleolítico nacional.
* Estatismo es un término utilizado en el ámbito de la filosofía política que enfatiza el rol del estado en el análisis de los cambios políticos o, en describir corrientes políticas que apoyan el uso del estado para alcanzar ciertas metas.
Jorge Lara y Góngora
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