01 junio 2007

Hegemonía Cultural 2007

La masificación de la cultura es la suprema causa de la nulificación
de la autenticidad de los movimientos culturales. Nulificación que los
creadores confrontan y a su vez se ven envueltos en las corrientes e ismos
que los masificadores promulgan y ellos ambiciosamente desea.

La mediatización mercantil de la cultura reduce su valor real ilusionando
a los videopasivos observadores que ellos son capaces tambien de hacer
lo mismo o de repetirlo de forma diluida en su incapacidad y falta de
preparacion, cualquiera que esta sea.

Ante la pregunta, ¿Cómo puede combatirse la hegemonía cultural, que ha
convertido las actividades del arte y la cultura en trabajo servil?


Algunos gestores culturales dicen que creando las agencias promotoras,
comercializadoras, espacios propios, creando empresas culturales.
Aunque algunas de las empresas culturales que se han creado, terminan
siendo peores que las que criticamos y de las que queremos alejarnos.

Otros promotores se inclinan por la autogestión.
La autogestión fundamentada en la todología, materia que debe ser
obligatoria para cualquier creador, gestor y promotor cultural, siendo
que la especializacion crea agentes parásitos y promueve la dependencia:
el que te hace el diseño, el que imprime los posters, el que conecta los
espacios, el que promueve el evento, el que hace los boletines de prensa.

Parecería que es mejor dirigirse hacia un planteamiento celular.
Celulas autónomas por doquier y no colectivos pequeños que terminan
siendo gigantescos.

Los planteamientos de que los agentes culturales sean los modificadores
de las conductas anómalas de la sociedad y descuidos deliberados gubernamentales
son una carga estúpida que debería de estar fuera del espectro de la actividad cultural.
Imponerse como los salvadores mesíanicos culturales de las comunidades,
urbanas o rurales es más que estúpido, siendo que no se tendrán nunca los
recursos para hacerlo.
Esa es la carga que tiene el estado y los gobiernos pero no la cumplen,
asumir que la sociedad civil, los colectivos o las empresas culturales autónomas
lo harán es comportarse como el Chapulin Colorado.

La cultura es un derecho, la creatividad es una elección individual, a
pesar que pueda trabajarse en proyectos o programas colectivos, esto se
puede hacer, pero debera hacerse desde la autonomia de cada actor cultural.

Los planteamientos cubanos de la Republica Cultural son inadecuados,
excepto si los planteamos como lo hacia Platón - desde una plataforma
similar a la que él mismo vivió:
60% de esclavos
30% de militares
5% de aristócratas
5% de tribunos
y en póblaciones que no sobrepaseaban los 40,000 habitantes.
Entonces el concepto de República Cultural sería viable, desapareciendo por
supuesto el 30% de militares y transformandoles por gestores o promotores culturales,
asi como los creadores mismos o basarlo todo en un sistema como
el cubano, muy similar al que vivió Platón, aunque las proporciones
son diferentes la composicion es la misma.

jorge lara y góngora

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