El IFE mato a los viejitos del peje
Don Beto tiene ya 82 años de edad bien vividos- dice con su sonrisa de viejo lobo; supera la media nacional de mortandad y de solo escuchar sus historias se da uno cuenta de su hábil palabra y de su experiencia forjada en gran parte por haber sido el cronista oficial de esta ciudad de indios desde el confesionario que es la barra de la cantina que no bar- durante 65 años de su vida.
Este 2 de julio, a su paso, se traslado a la casilla que le correspondía para emitir su voto, hizo fila como todos los demás y aunque alguien le dijo que el IFE había dispuesto preferencia para los adultos mayores; este viejo cabal decidió soportar la concurrida fila, tal vez para darle dignidad a su lento y contundente caminar dentro de esta ultima esperanza que le deberá paciencia.
Durante los años que trabajó como encargado de cantinas, que no de bares como el dice, conoció -según el- a la mitad de los de Tehuacan y también dice que vio pasar a presidentes, los vio prometer y fallar, muchas veces hasta robar- dice con su sonrisa maliciosa.
Comentó contento que este que sería su último voto presidencial, después de doce sexenios, seria el que a su parecer reflejaría un bienestar real y es que a sus 82 años es difícil encargarse de un bar o de cualquier otro negocio.
A las 11:00 am llego la fila hasta donde el funcionario de casilla lo recibió después de estar formado por decisión y convicción propia- bajo el sol que en Tehuacan ni es agradable ni calido, es muchas veces, como este 2 de julio, infernal. El ciudadano funcionario de casilla le dijo que no aparecía su nombre en la lista nominal de electores, Don Beto sereno le pregunto el porque, pero solo le dijeron sin contestarle que fuera a otra sección con el desgano de quien hace a un lado un mueble viejo; en esa otra sección sucedió lo mismo exactamente pero con diferentes tonos de indiferencia.
El víacrucis para este adulto mayor ya había empezado. Decidió ir a la Junta Distrital Numero 15 del IFE para saber donde votar o al menos obtener una respuesta mas decorosa pero lo recibió una especie de ameno convivo entre consejeros ciudadanos y partidos políticos que degustando una comida informal lo remitieron con la ya clásica indiferencia que se le da a los clásicos, con un joven técnico del Registro Federal de Electores quien de forma nerviosa y rápida le explico que por un error del sistema estaba catalogado como persona finada, con un fina sonrisa Don Beto exigió calidad en las explicaciones al mozalbete procurador de certeza y democracia, y este le reviro balbuceando sobre programas de computo y registro. Don Beto desecha automáticamente palabras autómatas. Insistió. Los del IFE ya molestos le mostraron una lista de difuntos, en ella reconoció su nombre y su rápida cabeza dura de 280 giga bites reviso en su propia lista nominal de medio Tehuacan y en la lista detecto a otros 18 difuntos con los cuales había hablado días antes y no precisamente tomando café. Ante esto y aparte de la risa que le provocó se retiro de estas kafkianas oficinas para ir con sus amigos muertos a asustar a los vivos y porque no a algunos vivales de esta clase medieval que intenta matar la esperanza de los viejos de verdad y robarles el futuro a los que vienen.
Después de que Don Beto y otros clásicos fueron asesinados políticamente por el IFE, el que este cuento cuenta y que ojalá sirva a esas cosas que aclaren las cuentas; fue al registro civil de el ayuntamiento papista o panista o da igual, para pedir una relación de defunciones registradas y buscar que se cotejara con el registro federal de electores (sin mayúsculas y sin la confianza que deberían merecer), pero obviamente la letra escarlata que marca a los rebeldes (o revoltosos) impidió el acceso a esa información y al ser parte de los sin partido se complicó aun mas demostrar que Don Beto y los de su edad fueron asesinados por el IFE en complicidad con el Sr. Medieval y Oscurantista; el mismo que pretende engañarlos al robarse la propuesta de el Sr. De la Izquierda y que torpemente al evitar su voto evidencio la inoperancia de su arbitro comprado ya que también viejos dueños del dinero y de sus propias pesadillas explotadoras, se quedaron sin sufragar a favor del naufragio del país.
La inoperancia efectivista del RFE y el IFE no solo resto votos a la incipiente izquierda fortalecida que nos sigue debiendo esos 10 puntos de ventaja, no solo volvió difuntos a un sector que tenia mas ganas de votar que otras veces, mas que en otras épocas de democracias mesozoicas y aciagas; a Don Beto y los de su experiencia en ver chingaderas de los de arriba; les ha enterrado --si es que el cinismo remata esta absurda realidad-- esa esperanza de completar con dignidad sus días y no solo por el apoyo económico sino por sentirse útiles en una sociedad que de facto los ha relegado a las canciones de llaveros que abren roperos y al patético estereotipo de viejito soso y bonachón. Don Beto muy encabronado, nada soso y muy jarioso, alza al aire su bastón, lamentando que su último sufragio libre le haya sido robado ni siquiera por un partido político, sino por un arbitro sin libre albedrío, - como esos del fútbol que se venden en la final al peor equipo -
Rodrigo Santiago
24 septiembre 2006
saludos les mando algo sobre las artimañas del IFE
Publicadas por jolaygo a la/s 15:40
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